domingo, 14 de septiembre de 2008

Hablaron

Hablaron del mar, de una sirena que coleccionaba espirales de locura.
Hablaron de encontrarse a solas en el abismo,

y de que las estrellas, incluso, dolieran,
hablaron de bailar con unas piernas de madera muy cerca del fuego,
hablaron de besar sombras y pintarse los labios con la noche,
hablaron de bucólicas pesadillas,
de lágrimas de bufón,
hablaron de buscar un reino y de quemarlo,
Hablaron de guerras y de infiernos,
hablaron, hablaron...

Yo escuché, y me quedé mirando el suelo.
Me quedé un poco sin palabras,
cabizbajo,
decidiendo si quería seguir escuchando,
o mejor dar vuelta atrás y
volver a casa.

Cabizbajo,
me acordé del cuerno de mi frente
y empecé a cabalgar,
mi intención era hacerles ver
cómo a pesar de todo eso
existían los unicornios.

Mario Barranco.

3 comentarios:

Álvaro dijo...

Ehhhh, no se puede decir nada más.

Nada más.

Tengo una palabra para definir este tipo de cosas:

Prodigioso. Aunque no me creas, me importa un carajo. Prodigioso.

Anónimo dijo...

Porque Mario es un poeta de los prodigios.

Es un hijo de la fantasía.

Anónimo dijo...

Sí, él es un hijo de la fantasía.